Me las arreglé para conseguir un hotel realmente bueno en Madrid -debe haber algún tipo de venta en marcha para los vertederos de semen. La habitación del hotel era más bien un apartamento y tenía una ducha tan grande que podíamos caber un grupo de personas para echar un polvo a tres. Naturalmente tenía que hacerlo y invité a Dimitri y a Fer a aprovechar mis agujeros y mi hotel. Me metí las dos pollas en mi agujero mientras ellos se turnaban dentro y luego formamos un tren de penetración óptimo. Fue el momento más caliente.